Publicado en EL PAÍS en Junio de 2018 (Enlace a la noticia original)
Se llama i-Pace, tiene 480 kilómetros de autonomía y ofrece todo lo que ha dado prestigio a Tesla entre los coches eléctricos, pero mejorado. Siete ventajas y una asignatura pendiente.
Algún día todos los coches serán como el Jaguar i-Pace, el primer eléctrico de la marca. Pero de momento no hay nadie a la altura del SUV eléctrico del fabricante británico. Se trata de un coche de frontera que explora territorios inexplorados para posicionarse como el primer eléctrico 3.0 y, sobre todo, como el más completo. Y es que la presentación oficial, celebrada en el Algarve portugués con recorridos urbanos, carreteras de doble sentido, autopista y también tramos off-road en pistas forestales con vadeos de ríos –y hasta una prueba en el circuito de Portimao–, han permitido confirmar una polivalencia de uso que de momento no ofrece ningún modelo eléctrico del mercado, incluidos los Tesla.
El Jaguar i-Pace pesa menos y es más ágil que sus rivales americanos, y sobre todo les supera en polivalencia: se adapta igual a la ciudad, los viajes, las excursiones por el campo y ¡hasta al circuito! Además, no sale tan caro, desde 78.100 euros, y ofrece la calidad de conjunto y acabado de las marcas premium europeas. Pero también mantiene una asignatura pendiente: sus nuevos sistemas y pantallas de información, y sobre todo su usabilidad, de lo mejor entre las marcas convencionales, no son todavía tan rápidos, fáciles e intuitivos como los que ofrece la consola en forma de supertableta de 17 pulgadas que estrenaron, hace ya nada menos que seis años, los modelos de la marca de Elon Musk. Mas allá de eso, estos son los principales argumentos del Jaguar i-Pace.
1. 480 kilómetros de autonomía, más que los Tesla equivalentes
Casi el récord de autonomía del mercado, 480 kilómetros, pero con elnuevo ciclo WLTP, que se hace ya en conducción real y es mucho más exigente que el anterior NEDC: reduce las cifras de este en casi un 25%. Y sitúa al Jaguar i-Pace en cabeza del mercado. Con su batería de 90kWh de capacidad (el equivalente al depósito de gasolina de un coche convencional) bate al Model X 75D (75kWh), el SUV de Tesla,que se queda 330 kilómetros, e incluso del Model X 100D (100kWh), la versión superior, que llega a 433 kilómetros. Y frente al Model S, la berlina grande de Tesla, supera también a la versión 75D (75 kWh), que tiene 390 kilómetros de rango, y se acerca al S100, que está entre 475 y 505 kilómetros.
2. Caro, pero más asequible
El i-Pace se vende desde 78.100 euros, un precio elevado para su tamaño, aunque relativamente justificado por su tecnología y acabados, superiores a los de los Tesla X y S. Así, el Model X 75D sube a 98.830 euros y con el Model X 100 sube a nada menos que 158.000. Y en el caso de la berlina Model S tiene un precio de 86.980 y 110.000 según la batería (75D o 100D).
3. Más ligero y con carrocería de aluminio
El SUV de Jaguar estrena una carrocería de aluminio inédita que, junto con su menor tamaño y el uso de otros materiales ligeros, le permite equilibrar en parte el sobrepeso que provocan en los eléctricos sus grandes baterías. Así, logra quedarse en 2.210 kilos, la versión más liviana, frente a los 2.460 del Model X 75D y los 2.510 del X 100D. Y pesa apenas 20 kilos más que la berlina Tesla Model S 75D, que se queda en 2.180, pero menos que el S 100P; que pasa de 2.300 kilos.
4. Purasangre a pilas: prestaciones de vértigo
El i-Pace equipa dos motores eléctricos de 200 CV, uno en cada eje, que además de aportar tracción 4×4, suman 400 CV. Y permiten acelerar de 0 a 100 km/h en solo 4,8 segundos y llegar a 200 km/h. Aquí supera también al Model X 75D, que lo hace en 6,2 segundos (aunque llega a 210 km/h). y al X P100D: 5 segundos y 250 km/h. El Jaguar es también más rápido que la berlina Tesla S 75D, que tarda 5,4 segundos, aunque alcanza 225 km/h y cede ante el Tesla S P100D, que con 611 CV lo hace en solo 2,7 segundos.
5. Comportamiento ágil y deportivo
El nuevo Jaguar ofrece un equilibrio dinámico sorprendente que a pesar del peso las baterías le acerca a los SUV convencionales de su tamaño. La clave está en la suma de varios factores, como la mayor ligereza y rigidez de su carrocería de aluminio, una aerodinámica eficaz (CX de 0.29) y un centro de gravedad muy bajo (las baterías van debajo del piso) y un reparto de pesos impecable 50/50 entre los dos ejes.
Además, suma la tracción 4×4 eléctrica, que aportan los dos motores eléctricos, uno en cada eje, pero la clave está también en una suspensión automática e inteligente que permite elegir diferentes modos de uso, desde ECO y Confort a Sport e incluso a los programas off-road de Land Rover para salir del asfalto. Y el resultado es un comportamiento ágil, sólido que sorprende por su eficacia y nobleza cuanto más se exprime, ya sea en asfalto, en el campo e incluso en un circuito tan exigente como el portugués del Portimao, donde no acusó carencias o desequilibrios en sus selectivas curvas.Pero, sobre todo, permite viajar transmitiendo un confort, suavidad y consistencia muy superiores a los Tesla y a la altura de los mejores modelos de las marcas premium europeas.
6. Amplitud interior y maletero
El SUV británico mide solo 4,68 metros de largo, pero como utiliza una plataforma pensada de forma específica para modelos eléctricos, permite alojar las baterías debajo del piso y adoptar un morro corto y posicionar las cuatro ruedas pegadas a las esquinas. El resultado es un espacio interior similar a los SUV de la categoría superior, que miden unos 4,8 metros de largo. Y se aprecia tanto delante como sobre todo en las plazas traseras, que tienen bastante espacio para las piernas e incluso altura, a pesar de la línea descendente de la carrocería.
7. Calidad de fabricación y acabado
El otro aspecto donde el Jaguar i-Pace es también superior a los Tesla es en la presentación interior y los acabados, habitual punto débil de las marcas americanas y orientales. Y se aprecia tanto en los ajustes entre las piezas como en la calidad y solidez de los materiales.
8. Sistemas de información, uso y acceso
Muy mejorado, pero no excelente. El nuevo cuadro de instrumentos digital y la consola central de información del Jaguar i-Pace suponen un gran salto adelante que sitúan al SUV de Jaguar a la cabeza de la marcas premium europeas y permiten configurar la información a la carta según los gustos y necesidades del conductor o sus acompañantes.
Pero el uso y la navegabilidad de los menús no está todavía a la altura de la supertableta de 17 pulgadas de Tesla, que a pesar de ser muy grande y aparatosa, y llevar en el mercado desde 2012, sigue resultando también bastante más rápida, intuitiva y fácil de usar. Y confirma el camino que les queda todavía por recorrer a los fabricantes históricos de automóviles para ponerse a la altura de los contenidos tecnológicos específicos que ofrecen las compañías nativas digitales de información.